como el bien; por justicia, una igual protección de este bien y de este mal; por paz, el silencio. no debe uno sorprenderse del ascendiente que esta clase de hombres obtiene a veces en la sociedad. Cuando un pueblo, después de grandes desastres, tarda en reentrar en el camino de que ha salido, pierde poco a poco la experiencia y hasta el recuerdo de un estado mejor. El éxito de los malvados alienta su audacia y causa ilusión sobre sus principios mismos. Los buenos, siempre sacrificados, se cansan de combatir inútilmente, y se aprovechan con alegría del primer pretexto que se les presente para abandonar sin demasiada vergüenza una causa desgraciada durante mucho tiempo. El interés personal multiplica las defecciones. Todas las pasiones viles se despiertan. Unos calculan lo que puede valer lo que les queda de honor y de conciencia, mientras otros se adormecen entre los restos del edificio social derribado y se irrritan si alguien trata de sacarlos de su sueño.
Nouv. mélang. 1823 Trad.
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