rra han hecho más fácil esa adaptación para la Gran Bretaña que para nosotros.
Lloyd George, ilustrado por una vigorosa campaña de prensa, ha comprendido que hay una tarea previa ineludible para toda nación que quiere aprovechar los frutos de la victoria: la de reorganizar la hacienda pública. Por esta razón, el Jefe del Gabinete de la Gran Bretaña ha instado a sus colegas para que le formulen un plan de economías. Se trata de equilibrar el Presupuesto. Para lograrlo es necesario suprimir dos millones diarios de libras esterlinas en el presupuesto de gastos.
La revista The round Table, cuyas ideas no son, sin duda, desconocidas de Lloyd George, acaba precisamente de publicar un estudio en el cual demuestra que la economía es la primera condición de la prosperidad.
Es un principio delas naciones prudentes que quien gasta más de lo que tiene, no puede pagar lo que debe. Como consecuencia no hallará en el exterior quien le preste. Sin embargo, dice The round Table, hay algo más grave. Un Estado disipador halla siempre prestamistas forzosos dentro de sus fronteras. El problema de los empréstitos interiores 353 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.