reconoce fronteras, porque sus pasiones y deseos varían tanto como varían las figura de un caleidoscopio. Quien no esté con un déspota sabe en qué forma debe actuar para librarse de sus persecuciones; cuando la muchedumbre se transforma en déspota nadie sabe cual es el camino necesario para defenderse de los rencores de ella. Aquellos que ayer no más fueron para una agrupación de hombres, redentores y apóstoles, al cabo de cierto tiempo y por motivos baladíes llegan a ser los mártires de las iras populares, víctimas de las muchedumbres, de las pasiones del grupo inconsciente.
Por eso, domeñar las tendencias desordenadas de los pueblos es tarea imprescindible de todo gobierno. Esta necesidad resalta aún más en épocas como la actual en que una crisis, resultado de la complicación de intereses políticos internos nuestros con problemas internacionales, ha venido a ocasionar una confusión tal, que si no tra.
tamos de ponerle coto con medidas científicas y enérgicas, ningún gobierno podrá ya más mantener el orden en nuestro país.
Ilión se desplomó desde la cumbre de su grandeza cuando tuvo los enemigos dentro de sus muros. Los nuestros están en nuestra propia casa; son nuestras pasiones, nuestro temperamento, la ofuscación con 335 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.