Anarchism

de los gobernados en forma radical; pero no lo es aquella que sirve para valorar el verdadero mérito suyo, la que se encarga de orientar las corrientes sociales a fin de obtener lo que en la vida social hay de más indispensable: EL ORDEN. La libertad, ele.
mento preciso en la vida colectiva, sin el orden, no existe, no puede existir; ella, abandonada a sí misma, sin un freno que detenga sus impulsos, sin un criterio que señale su jurisdicción, se transforma en el libertinaje, que trae consigo la destrucción de las disciplinas sociales en cuya virtud la dicha de todos llega a ser efectiva. Vale más el despotismo que restringe la libertad política que el libertinaje. El primero coarta la libertad de acción de la clase de los políticos en un Estado, pero deja cierta independencia a la agricultura y a la in.
dustria, en tanto estas actividades no participen en la política militante, mientras el segundo hace zozobrar todas las actividades nacionales, ora sean las administrativas y políticas, ya las agrícolas y comerciales, que no se desarrollarán nunca en el seno de la anarquía. Además de todo ello, el pueblo transformado en déspota, es más peligroso que el déspota unipersonal. La tiranía de uno solo tiene su límite en el capricho del tirano; la tiranía de la masa no 334 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.