normales del cuerpo, cada una de las cuales es una unidad que, preservando su propia individualidad y hasta cierto punto su propia independencia, tiene la libertad de ejecutar la labor para que se encuentra idónea, bajo la dirección del cuerpo como colectividad. Los hombres no desean libertad como la de la abispa solitaria, que vive y trabaja aisladamente, sino libertad semejante a la de las hormigas o abejas en una colonia, donde cada individuo es libre de servir como mejor le sea dado, bajo el gobierno de la colonia como entidad, o como lo califica Maeterlinck, el espíritu de la colmena. Es un error atribuir a las colonias de hormigas o abejas ideales monárquicos y de clase interpretados según el concepto de las sociedades hằmanas.
Los que llamamos reyes. reinas. soldados y obreros no representan en modo alguno los monarcas ni los vasallos ni las clases favorecidas. Cada cual ejecuta lo que a su parecer es bueno, es decir, el trabajo para el que se siente mejor preparado por la naturaleza, y no hay otro guía que el instinto; cada cual comparte la prosperidad y las penalidades comunes y es considerado de acuerdo con su capacidad para servir 305 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio Cultura y Juventud, Costa Rica.