también a los viejos y a los muertos, como lo dice la palabra admirable de Guillermo Valencia. La venerable Antigüedad relata cómo un día los habitantes de Megara preguntaron al oráculo délfico qué harían para ase gurar la ventura de la ciudad; prometiósela el dios si procuraban deliberar siempre con el mayor número, y ellos comprendieron que por estas palabras el dios había querido designar a los muertos, más numerosos que los vivos, y, en consecuencia, construyeron su sala de consejo en el sitio mismo que ostentaba los sepulcros de sus héroes.
Aquí y allá, aislado, se puede encontrar todavía un radical del viejo tipo, que vive entre gentes que no lo comprenden. Con sideran herejía todo pensamiento independiente, debilidad toda generosidad para con los adversarios, y se admiran y alarman cuando la alabanza o la censura son distribuídas con discernimiento, cuando los principios de un hombre no cambian con las estaciones y el tiempo, cuando se da más importancia a los asuntos que a las personas, cuando le importa a uno más la verdad que la victoria. Cowen (1886. 320 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.