al bienestar general. La democracia no puede brindar ni los seres humanos normales pueden desear mayor libertad individual que ésta, basada sin embargo, en la razón y la moral más que en los encadenamientos e instintos.
La tendencia a la sensación y la emoción, y la falta de raciocinio son los mayores peligros que amenazan a la democracia y aun a la civilización, porque implican el retroceso a la barbarie, el salvajismo y las condiciones prehistóricas.
Nuestros enemigos más peligrosos se encuentran dentro de nosotros mismos y son las huestes de la sinrazón. Cómo podremos armonizar las enseñanzas de la biología con las de la democracia, las desigualdades comprobadas de herencia con la supuesta igualdad de los hombres. Hemos de corregir nuestras ideas sobre la herencia o sobre la democracia? Muchas veces me han preguntado: Si cree usted en la herencia como puede usted creer en la democracia? Si cree usted en la igualdad ¿cómo puede usted creer en la herencia?
305 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.