discutido y siempre se esté discutiendo sobre métodos y sistemas de enseñanza, prueba hasta la evidencia que no basta el simple instruir. es decir la comunicación al niño en forma desnuda, del tanto de saber absoluto que prescriben los programas oficiales de enseñan.
za para cada escuela y cada grado de que se trate, sino que es de importancia esencial el modo de hacer tal comunicación, para que el niño no sinplemente oiga, sino que aprenda y digiera lo que se le presente. Desde este punto de vista me parece inaceptable la comparación de la instrucción con el simple vaciar de un líquido en un vaso. Nada hace la cabeza infantil con un determinado tanto de nociones absolutas, si no sabe asimilarlas y formar de ellas la base de su pensar progresivo. por lo mismo es infinitamente más útil un maestro que posee apenas los conocimientos necesarios y tiene el don pedagógico de trasmitir esos conocimientos limitados, a los niños que se le confían, que el más erudito y más filosófico sabio, que de su inmenso caudal de saber no sepa comunicar a los ni.
ños la pequeña parte que de el necesitan. qué dificultad mayor puede haber en beber de una botella, que de un barril?
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