La hegemonia marítima maritim Mr. Belloc escribió en el número de La Lectura de Barcelona, correspondiente a Noviembre de 1914, algunos concep.
tos cuyo sentido se grabó fuertemente en nuestra memoria, pero cuyas palabras sentimos no poder transcribir literalmente. Según ese sincero escritor inglés, la Gran Bretaña no había ido a la guerra por defender la independencia e integridad de las nacionalidades débiles sino su propia hegemonía marítima. El enemigo de la Gran Bretaña, decía, está ahí donde se pretenda superar o igualar siquiera su poder paval. Por siglos fué Francia el adversario temido y combatido. En los últimos cincuenta años, el objeto de sus temores cambió de lugar; Francia y Rusia pasaron a la categoría de aliados, y la pérfida Albion contrajo todos los esfuerzos de su diplomacia a anular las fuerzas de esa gigantesca rival que, en plena juventud, amenazaba su poder marítimo y le disputaba ya, hasta en su propia capital, el predominio comercial.
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