tad del siglo pasado, llegando a adquirir el calificativo de rey de los constructores de museos en Norte América. Para la exposición de Chicago pudo suministrar 21 carros de ferrocarril completamente llenos, e hizo con ellos tal instalación, que le produjo cien mil dólares, en un solo giro en.
tregado por el fundador del Museo Colombino.
Más de cien museos americanos se han llenado con especímenes suministrados por el Establecimiento de Henry Ward, y tal vez no hay un centro de Historia Natural que no tenga ejemplares procedentes de Rochester.
Cuando el Profesor Ward estuvo en Costa Rica, de paso para la América del Sur, parecía tener sesenta años de edad, y sin embargo, en su visita al Museo tomó un delantal de nuestro taller de tarxidermia y se puso a disecar un perico ligero: desde mi salida de Nueva York, nos decía, no tra.
bajo y me siento cansado de estar ocioso.
Había viajado por la China, entrado al Centro del Africa y recorrido todas las regiones donde pudiera encontrar algo interesante; sólo le preocupaba la idea de morir en una de sus constantes exploraciones y que su cuerpo no pudiera ser incinerado 286 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.