dido. dice el Literary Digest. Los cam.
pos están, pues, bien definidos. Mas como una contienda armada entre esas enormes potencias sería necesariamente de vida o muerte para una de las dos, de ahí el peligro del resurgimiento del plan de Lord Napier, como una transacción que aleje o aplace el conflicto. En el último cuarto de este siglo o en el primero del que viene habrá lugar de decidir quién ha de ser el amo exclusivo del mundo. Las luchas de Roma y de Cartago parecerán ridículas ante la grandeza de las que verá el porvenir, y los peces del Atlántico y del Pacífico adquirirán proporciones nunca vistas, alimentados por años con la carne de los soldados y marinos de ambos pueblos.
Sin contrapeso alguno europeo el imperialismo inglés, y el norteamericano engreído con el extraordinario buen éxito de su gran exhibición de fuerzas; amenazados de allá y de acá con una hegemonía conjunta o separada; sin el derecho siquiera de elegir la salsa con que nos han de guisar, no nos queda otro remedio que el de formar una poderosa confederación de pueblos, en América, y apoyarla en las naciones que nos son afines, en Europa. Hasta el miserable 265 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.