do de la Liga de la Naciones, queda en pie un hecho incontrovertible: Sin la sanción de las dos grandes democracias universales, será imposible romper la paz del mundo. La paz está en manos de esas dos democracias, entre las cuales no hay necesidad de alianza porla razón de que cualquiera división entre ellas sería un suicidio. No un suicidio; un duelo a muerte en que una de las dos quedaría en peores condiciones que las en que están poniendo a los llamados imperios centrales.
Pero como la Gran Bretaña conoce ya las capacidades de su rival presente, mucho más peligroso que el que acaba de sucumbir, y como ha vuelto a hallarse en la misma posición que tenía después de la guerra de Crimea, no será raro que el pensamiento de Lord Napier resurja con mayor vitalidad y se lleve a cabo, por lo menos mientras a los germanos del centro de Europa no les vuelva a crecer el cabello, y contra el poder de los cuales torne Inglaterra a necesitar del auxilio norteamericano, si es que no resuelve convertirlos en sus aliados para acabar con el poder de los Estados Unidos.
El plan de Lord Napier es de una sencillez clásica. El globo terráqueo tiene 260 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.