alcanzarla, así sea el de mutilar la sobe.
ranía de su patria y comprometer gravemente su independencia. Nosotros no creemos en los patriotas que, temblando ante el despotismo, corren a ponerse a buen recaudo y viven arrastrando la dignidad de su bandera y su propio decoro a los pies de un poderoso a quien proveen de pretextos para llevar a cabo sus propósitos de intervención y de conquista. Nosotros despreciamos profundamente a la juventud que no combate con la palabra, con la pluma y con la espada, el despotismo, y va a mendigar de un poder extraño que sustituya el incontrastable de un imperio a la efímera dominación de un hombre que hoy es y mañana no parece. La primera pasión de todo hombre es el amor a la patria, y su primer deber honrarla y defenderla contra los desmanes de la tiranía y los avances de la intervención y la conquista.
La patria siempre es la patria y mientras más infortunada, más querida. Sólo los descastados van a buscar, al amparo de otra bandera, lo que no pudieron lograr a la sombra de la suya. El valor, la abnegación, el espíritu de sacri.
ficio les es extraño; y en su egoísmo, 246 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica