para los más y de segurísimos resultados para los hábiles arbitristas, que son los menos. Si consideramos que en este juego sin entrañas de la especulación nuestros productos agrícolas, destinados al pago de nuestras importaciones, se irán convirtiendo más o menos rápidamente en medio de especular con la moneda nacional, es decir, en un medio para trasegar las legítimas ganancias de los que trabajan, a las cajas de los especuladores y agiotistas, comprenderemos todo el peligro que cncarnan para el porvenir de la Nación ciertas leyes dictadas en horas de tremenda ofuscación. y si además consideramos que este colón de papel tan favorable, por su instabilidad, al escamoteo de la riqueza pública carece también de todo valor intrínseco, la razón, la conveniencia y la justicia ordenan volver al honrado colón de oro, o se impone la necesidad de convertir los ahorros disponibles en fincas raíces u otros valores nobles, y la de fijar el de los contratos a plazo en oro americano. Depósitos de moneda que cambia de valor en el mercado, según el querer de los especuladores y según las peripecias de la política, no son seguros para sus dueños, y los con243 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.