Dejados de la mano de Dios. Evidentemente.
Cuando los hombres se propusieron levantar una torre que llegara hasta el cielo, para defenderse de la cólera divina, Dios confundió las lenguas y la soberbia de los constructores, que mohinos y desconcertados se dispersaron por toda la tierra. Ese mismo tremendo castigo lo venimos padeciendo en Costa Rica, desde que los profesionales de la política erigieron la torre del Estado sobre los escombros de la ley moral e hicieron prevalecer los mandatos de la voluntad sobre los dictados de la razón.
La ley dejó entonces de ser una ordenación de la razón dirigida al bien común y promulgada por el que tiene el cuidado de la comunidad, para convertirse en un acto de la voluntad soberana. esta voluntad irrestricta del poder público se hizo sentir sobre el derecho de todos y el de cada uno, y la lengua dijo lo que aquélla quiso, y a la confusión de las palabras siguió la confusión de las ideas, de tal manera que ya, en las esferas del gobierno, nadie se entiende y, si no nos 210 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.