«México y Colombia instaron a los Estados Unidos para que cumplieran las promesas contenidas en el célebre mensaje de Monroe. Henry Clay contestó que el mensaje contenia, en efecto, una promesa, pero que los Estados Unidos habian hecho esa promesa a si mismos y no a otro país, y que, por consiguiente, ningún pais tenia derecho para exigir el cumplimiento de tal promesa.
El ministro yanqui en Rio de Janeiro, Raguet, opuso grandes dificultades a nuestra incipiente nacionalidad (del Brasil. Raguet acusa de cobardía a nuestra escuadra en el Rio de la Plata; dice que es inútil apelar a la razón y a la justicia, tratándose del pueblo brasileño; amenaza en términos groseros al Ministro de Relaciones Exteriores con una declaración de guerra que harán los Estados Unidos. Este no es un pueblo civilizado. dice en la pág. 54. El gobierno yanqui se valió de las dificultades iniciales de nuestra independencia política para presentar reclamaciones desmedidas y exorbitantes. Léanse los insolentes men.
sajes del presidente Jackson al Congreso de los Estados Unidos sobre el Brasil y los otros paises de la América del Sur. Aquel general sin escrupulos, que fué el patriarca de la corrupción en su país, se expresa en sus mensajes al Congreso con grosera arrogancia al hablar del Brasil y de los otros países de Sur América.
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