su país acerca de «educación y ense.
ñanza. que otros dirían «instrucción pública. Sobre su primer punto filosofa bas.
tante nuestro sabio autor, y llega a repetir aceptada esta gran verdad. a la escuela sólo se va a prepararse para aprender. Luego trata, según Spencer, de la cultura física, intelectual y moral, mostrando de paso los vicios y defectos de todo ello que prevalecen en su país.
Hay un párrafo muy notable (página 20) que algo recuerda de Víctor Hugo, tocante a enseñanza religiosa y sa torpe supresión por los politicastros, llamados liberales, de su país. Qué diría de los arcaicos pedagogos, devotos de la remotísima teosofía. Sus programas, tendenciosos a ese respecto, son por ventura letra muerta para los maestros de Educación Común.
En el capítulo segundo. del educando. dice mucho contra la pereza de aquellos niños y el poco empeño de sus padres por educar la prole. Antes dejó indicado a ese propósito de mu cha hoora para el país de las mujeres bonitas. Ahora tengo de correr por el 191 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.