Notas y respuestas Los pocos que suelen acompañarme en esta revista son mayores que yo y de distinta nacionali.
dad. Todos son hombres de carrera, y todos haa trabajado bajo diversos cielos. No obstante el haber prestado atención, siempre y desde jóvenes, a la política, ninguno ha sido político de oficio.
Como están en San José, podrían estar en Lon.
dres o en Santiago. Ninguno de nosotros es triotero. Lo que el Dr. Lafosse sostiene fundándose en razones muy atendibles es que mientras haya naciones habrá guerras. Yo le replico que las naciones son naturales como las familias, aunque en menor grado; que los factores de las guerras son los IMPERIOS (monárquicos o republicanos. jamás las naciones homogéneas, coherentes y bien dife.
renciadas. Pero en ninguna parte que yo sepaha dicho el Dr. Lafosse que el ataque a las fronte ras deba comenzar por el debilitamiento de los la.
zos de familia y el aniquilamiento de las pequeñas naciones, cuyas fronteras aparecen a mis ojos marcadas por rasgos etnológicos y geográficos que conviene reforzar, no borrar, en pro de la armonía universal; así como conviene, dentro de cada nación, reforzar los caracteres diferenciales de los individuos.
Una de las cosas en que estamos de acuerdo todos los que aquí escribimos es en el anti imperialismo. Nuestros motivos son distintos; son tam.
bién distintas nuestras opiniones cuando se trata de juzgar el peligro relativo de cada imperialismo hoy existente; pero vamos contra todos los imperialismos, sea cual fuere el nombre con que se encubran: desde el suave centroamericanismo hasta la ciega yanquilatría.
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