cipio a este largo estudio dije que, lejos de dogmatizar ni de querer enseñaros deducciones históricas, íbamos a emprender juntos el estudio del cual vosotros más que yo pudierais desprenderlas. Os autoricé para no creerme sobre mi palabra y para reclamar las pruebas de cualquiera aseveración que hiciese. Toca a vototros decir si he cumplido ese que era mi único programa.
Francamente hice entonces la confesión de que la única ide preconstituída que llevaba al estudio que emprendíamos era la del amor a la Patria, ya fuese Colonia, ya Nación soberana, sumida en el letargo de la servidumbre, airada en las batallas de la independencia, desangrándose en la guerra civil; si he logrado que esa idea germine en vuestros corazones, nuestra labor habrá sido fecunda y mis buenas in.
tenciones recompensadas.
La Patria. Ese fué el nombre que invoqué al dar principio a nuestro estudio, y no hallo ninguno más grande que pronunciar al darle punto, y al cerrar el curso de historia nacional, que ha concluido. Contra la Patria NUNCA hay razón!
Cuando en ves de servir a los hombres se presta servicio a las ideas, no se sufren decepciones: las ideas triunfan o no triunfan, pero no dejan de ser lo que son.
MADAME SWETCHINE 158 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.