cratas, a la República de todos y para to dos, no podía operarse sin un sacudimiento suficientemente profundo para que quedara destruído todo lo existente.
Hemos visto cómo la Colonia carecía de un sistema de gobierno; cómo el respeto a la autoridad degeneró en la autocracia para quien la ejercía, y en el servilismo para los gobernados. Los hábitos y las costumbres de los pueblos los habían amoldado ya a la vida de servidumbre, y no se destruye todo esto sin causar des.
garramientos, y sin que, durante más o menos tiempo, la sociedad se agite en una convulsión que a las veces hace desespe.
rar de que tenga remedio.
Los que, cansados en la lucha, o escasos de fé, o amando el orden más que ningún otro bien social, lamentan los antiguos tiempos y establecen comparación entre las nuevas Repúblicas y nuestra hermana del Norte, pecan contra la historia, y revelan más egoísmo personal que amor patrio bien intencionado.
Los antiguos condados ingleses en la Colonia americana eran regidos por las mismas leyes que reglaban el Gobierno de la Metrópoli; los súbditos eran ciudadanos de la Gran Bretaña; los derechos de los gobernados eran idénticos; las seccio 254 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.