nos, cuando en el virreinato de la Nueva Granada no lucía la menor esperanza de libertad? Extraño espectáculo el que en 1816 presentaba Nueva Granada! Las partidas se cruzan en los caminos, unas tra.
yendo a la capital a los patriotas que en ella deben ser juzgados, otras llevando a aquellos que ya sentenciados a muerte, deben sufrir el suplicio en el lugar donde habitan sus padres o sus futuros huérfanos.
Aquellos que hacen el trabajo de azada y parihuela en montañas insalubres, son los patriotas sentenciados a abrir caminos que nunca se llevarán a cabo. Esos que marchan de dos en dos, achacosos ya por la edad, van a morir en los presidios de Cartagena, de Ceuta o de Omoa. Por fin, esos grupos de señoras que van a pié, conduci.
das por una escolta que las insulta, son las madres y las viudas de los mártires a quienes se han confiscado sus bienes, que van confinadas a lugares distantes, reco mendando a las autoridades y a los curas vigilen su vestido, su religiosidad y sus costumbres. I) lo mismo en Venezuela, en el Ecuador, en México, en todas partes. Sacrificios inútiles para torcer el curso ineludible de los acontecimientos?
El vapor de la sangre y de las lágrimas (1) Quijano Otero 151 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.