Su sentido natural es tan fino y tan seguro, que habiéndole leído el otro día la Traducción de una Oración de Cicerón, reconoció al punto la equivocación del traductor en un lugar que le pareció más flo.
jo que los otros. Se le adujo la superiori.
dad de la Lengua Latina sobre la nuestra, y que era imposible traducir elegancia por elegancia: pero esto no le satisfizo. Sostuvo que el pasaje debía estar concebido de tal y cual modo, y que era imposible, por lo que leía adelante y atrás, que este gran Personaje hubiera debilitado su pensamiento en la forma en que ahí parecía Fué traído el Libro y hubo que convenir en que el Señor tenía razón. Veis, pues, que hay una Lógica Natural y Doctores sin haber estudiado.
Puesto que estamos en esta materia, pienso que cabe bien en ella la Historia de Saintonge. De la cual no dudéis bajo mi palabra. Nada tan cierto como lo que se pasó en Xaintes entre el filósofo Pitard y el Poeta Teófilo. El relato se lo he oído hacer más de una vez al Sr. Duque de la Rochefoucault, que estaba presente en la conferencia. Fastidiado el filósofo de las equivocaciones del Poeta, y no queriendo más entrar en razón con él, le dice: Sr.
Teófilo, me parece que Ud. tiene mucho 145 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.