premos bienes es privarnos de la patria. Así como consolidar la patria en el alma de sus hijos es vivir la justicia y la libertad.
Por otra parte, debemos ya salir del gubernismo como forma de hacer gobiernos, tan funesto, a mi juicio, como los cuartelazos. Todos esos cabildeos de notables, todas esas transacciones en torno del poder público, no hacen más que suprimir la voluntad de los pueblos y sustituirla por la de los mandatarios. Son contados en nuestra his.
toria los gobiernos que no se han hecho por cuartelazos o transacciones, dos funestas costumbres políticas que han creado la desilusión y el escepticismo entre los gobernados y han adormecido el espéritu públi o de los pueblos, tornándolos así propicios al establecimiento de la tirania.
Nos amenaza la intervención, pues; pero a Costa Rica le interesó y le interesa combatir el despotismo sin preocuparse de la intervención.
Esta fué la preocupación de un gobierno que no quería evolucionar hacia las libertades. por una irrisión del destino, los déspotas que con sus locuras comprometían la libertad de la patria, se proclamaban, sin embargo, sus salvadores.
Evitemos la intervención, sí, evitémosla. La advertencia de Martí a estos pueblos sigue en pie: es peligrosa la enemistad de un vecino poderoso como los Estados Unidos. Volvamos al gobierno legítimo, al que sea la expresión fiel de la voluntad de los pueblos. Volvamos a los 119 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.