Un pecado que no es el de Adán El depositario de la autoridad NECESITABA depositarla en alguien. El señor Aguilar Barquero atendió a esta necesidad, casualmente como lo pedía Wilson. para lavar su pecado presidirá a la ligera las próximas elecciones presidenciales, casualmente como lo pide Wilson.
San José, 10 de setiembre de 1919.
Señor Director de La Verdad.
Señor: Yo no trato de engañar al pueblo ni de ad quirir méritos que sirvan para conservarme en el puesto que ocupo, y que no merezco.
He aceptado esta dificil posición sólo, úni.
camente, en el deseo de que mi país no se hun da, de que no pierda su autonomía tan ame.
nazada por imprudencias graves de que yo no soy responsable, y que no tuvieron otra base que la ambición desenfrenada de terceros y la imposibilidad en que estuvimos para hacer valer inmediatamente nuestros legítimos de rechos.
El ataque La Verdad nos hará libres que publica en su periódico de hoy, ni me sobrecoI12 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.