cos, apenas si existe sobre todo el haz del planeta una escogida minoría pero tan mínima, tan impotente consagrada con ardor ascético a la contemplación, a la resolución de aquellos problemas. Problemas que no pasan cuando la historia pasa, se imponen con indecible poder subyugador a la minoría elegida. El resto, inmenso resto, los desconoce. Sin embargo, ella declara, generosa, que son patrimonio del gobierno humano.
BENJAMÍN TABORGA De Nosotros.
Mientras la vida, desde el fondo de las edades, através de los cataclismos, se prolonga hasta nosotros bajo las formas amables del insecto alado, del molusco parlero, del zoofito florido, las fieras enormes han desaparecido cuando resistieron en la integridad de su sér, o han debido transformarse, para subsistir, en grasos pajarracos, tímidos marsupiales o desdentados armadillos.
Exactamente como el gobierno, o sea la fuerza monstruosa en transformación, pasa de los fieros autoritarios del conservatismo, a los liberales capituladores y blanduzcos. He dicho más de una vez que la civilización, en evolución paralela, o mejor dicho, concéntrica con la naturaleza, uno de cuyos fenómenos es, tiende a suprimir la fiera. Ahí están la historia y los museos de paleontología. También los tigres, los leones, los tiburones del mundo actual, marchan rápidamente a su fin, como va por el mismo rumbo la fiera humana, llámese general, ministro o banquero.
LEOPOLDO LUGONES Tomado de Refertorio Americano, importantísima revista que ha comenzado a publicar el señor profesor don García Monge, 103 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.