vivir; y a someterse al poder de otros hechos fuertes, porque la sociedad torna imprescindible la existencia de poderes y autoridades depositarias de la fuerza; y los factores étnicos, raciales, económicos que condicionan el desarrollo de una sociedad así formada; y las tendencias expansionistas, hacia una mayor plenitud vital, que son eje del progreso individual o colectivo, porque su ausencia significaría estacionamiento, sinónimo de muerte; y los choques de aquellas tendencias entre individuos o Estados que se traducen en hechos históricos, en sucesión de acontecimientos enlazados por una ley de secreta fatalidad.
Acaso el error magno, cuya admisión desde el comienzo hubiera hecho inútiles las reflexiones posteriores, estriba en que los defensores de la de.
mocracia, como de las constituciones en que se formula, las leyes que tratan de garantizarla, etc. parten del supuesto de que la sociedad carece de autonomía y realidad propias. Admiten que la sociedad no existe fuera de los individuos, que es resumen generalizado de pensamientos y acciones individuales, por lo tanto, que los individuos que la forman pueden modificarla a su arbi.
trio. Ahora, la ciencia que estudia esa materia, la sociología, no ha logrado constituirse como ciencia, sino admitiendo que la sociedad, en tanto que colección de individuos, presenta realidades que no pueden deducirse lógicamente de las calidades individuales, formas de ser propias, leyes propias, desarrollo propio todo lo cual se 99 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.