unido indisolublemente como que es su cúspide y su base el goce del sufragio libre. Sin sufragio libre no puede darse un gobierno democrático; y sin el gobierno democrático quedará vulnerada en sus presuntos derechos una considerable mayoría de ciudadanos. Tal dicen los defensores de la doctrina democrática. Como se ve, dentro de esa doctrina el sufragio libre asume una importancia profunda, vertebral. ahora ocurre preguntarse. Sobre qué fundamentos teóricos descansa y se admite con aparente unanimidad. la doctrina democrática del sufragio libre?
Adviertase bien que no discutimos la mayor o menor validez práctica de la doctrina; discutimos su simple posibilidad. Refutarla en el terreno de los hechos sería labor sumamente fácil si no fuera porque los hechos mismos se encargan de hacerlo diariamente, y en todos los países, con aplomo que no admite réplica. Pero aquí los hechos no nos interesan. Aquí damos por descontado que cuando un gobernante nos dice que salió electo por tal número de voluntades libres (iy tanto. quiere decirnos, en realidad, que esas voluntades fueron conquistadas, acaso muy legítimamente, por los trabajos electorales del partido a que pertenece.
Lo que nos interesa, repetimos, es la teoría, la doctrina. Por eso hablamos al comenzar de postulados y de su aceptación en principio. El sufragio libre. puede resistir un análisis a go serio examinado desde ese plano superior?
Cualquier dilación en contestar negativamente sería indicio, en nuestro concepto, de una falta de meditación sobre el asunto.
Cierto: para cohonestar o explicarse determi87 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.