dades culpables de actos de coacción electoral, garantizaría la libertad del sufragio mejor que uno de un solo color político.
64. Con mi plan, por otra parte, quise quitar de los labios del General Quirós la copa de amargura que le presentaba Mr. Chase; o, por lo menos, endulzarle cuanto era posible el brebaje. La cordura de sus actos; su empeño en servir del mejor modo posible al país en este período de transición, el más angustioso de cuantos ha sufrido Costa Rica; su primera providencia de abrir de par en par las puertas de los calabozos y pri.
siones; el haber devuelto a la prensa la libertad de su ministerio; la esperanza de reforma de métodos en el manejo de las rentas, que dió al País anulando el contrato de explotación de los licores de la Fábrica Nacional. todas estas cosas no merecían el desahucio cruel. sin plazo de cortesía, que se le estaba aplicando.
La mayoría creyó que mi plan era un rodeo inútil; que Roma había hablado ya y que sus decretos eran incambiables, como los del Destino.
En cuanto a que si yo estaba por resolver y después comunicarse con Washington; o por comunicarse con Washington y después resolver, le habré de decir que no paré muchas mientes en el modus operandi.
De todos modos, la buena inteligencia con Washington era imprescindible. En tiempos pasados, pudo Costa Rica vivir sin tener en cuenta al gobierno de la Casa Blanca. Por una parte, la política americana no aspiraba a ejercer influencia mundial; y, por otra, las tormentas políticas nuestras pronto se serenaban y nunca fuimos la piedra del escándalo en la sociedad de las naciones. En estos últimos años las cosas cambiaron 83 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.