nuestros decendien! es lo tengan muy presente, creo que quedará en la historia del pensamiento como una curiosidad, el recuerdo de «aquella época en que se desarrolló una especie de rabia de suprimir conocimientos, de acortar, de mutilar, de rebajar la instrucción; y esto, no en los desheredados de la cultura, sino en los que a ella debían sus mayores éxitos, sus mejores y más nobies placeres y la misma autoridad en nombre de la cual pontificaban.
50 la confusión más grande ha sido la de tomar la parte por el todo, y aplicar al libro en general lo que sólo es verdad, en gran parte, de los textos. La violenta reacción a que me refiero, y ese adjetivo «librescos que ha adquirido en nuestros tiempos su máxima intensidad despectiva, engloban en una condenación groseramente injusta las formas inferiores y las formas superiores del libro. de aquí ha salido el error más peligroso de todos. En efecto: la verdadera cuestión no se plantea entre lo libresco y y lo objetivo, sino entre lo inferior y lo superior; entre lo pueril y lo elevado. La reforma, si se me permite expresarme así, no debe ser de un lado a otro, sino de abajo a arriba; no del libro a la experiencia, sino de las formas inferiores de la experiencia y del libro, a las formas superiores de la experiencia y del libro.
CARLOS VAZ FERREIRA (De la «página para los maestros) del Diario de Costa Rica. 57 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.