todo aprácticos; tendencia orientada, en su mo.
vimiento general, por una especie de vaga prevención (vaga no siempre. contra la reflexión y la cultura intelectual.
En este movimiento de ideas, interfieren ver.
dades y errores.
Lo verdadero y lo bueno de él está en la aspi.
ración a dar a la práctica y a la acción todo el papel educativo que debe dársele; en el encarecimiento de la experiencia, como medio soberano de sugestión y comprobación; en la condenación de la erudición pura y del procedimiento que consiste en transvasar) de los textos a los cerebros.
En cuanto a los errores, confusiones o exageraciones que hay que separar, aislar o atenuar, son múltiples, y este análisis requeriría un largo estudio. Creo sin embargo, que los principales son los siguientes: 19 Partir, subconscientemente, del principio de que la observación y la experimentación, por una parte, y la reflexión, por la otra, son modos de actividad que se excluyen, en vez de concebirlas como cosas que se complementan y que se compenetran. De aquí resulta un concepto de la observación y la experimentación demasiado sensualista.
20 Postular erróneamente que las ciencias y las artes, consideradas como asignaturas de enseñanza, comprenden dos partes: una teórica y otra práctica; de donde ha resultado que para poder aumentar el papel de la parte práctica (lo que es bueno. se reclame la disminución de la parte teórica (lo que es malo o, más bien, funesto. En realidad, y consideradas desde este punto de vista pedagógico, las asignaturas de en55 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.