bernante antes que al gobernado, el respeto a la ley; han pasado el Rubicón que conduce a la civilización, mediante un esfuerzo de voluntad colectiva, siempre ingepte, rompiendo la dura tiranía que pesaba sobre ellas.
Por contradicción de la historia, que a menudo se deleita presentando a sus cultivadores las íntimas incoherencias de las sociedades humanas, en la América Latina el principio de libertad ha sido más poderoso que en país alguno. Las colonias se sublevaron contra la madre patria, no ya por cuestiones económicas, como en el Norte, sino por un principio de libertad política. Luego no se unieron en una sola nación, que fué la aspiración de sus mejores caudillos, por temor a una sumisión que limitara sus ambiciones de libertad. En fin, desconfiaron de las naciones poderosas por temor de que su libertad peligrara. sin embargo, esas naciones que tienen la amplia visión de régimenes liberales, son tierras clásicas de tiranías, que surgen no obstante la tenaz resistencia de cuanto hay de mejor en su seno. Extraño fenómeno, digno del estudio de eruditos y hábiles sociólogos que idaguen sus causas y suministren a los hombres que, por patriotismo y por dignidad humana, desean su desaparición, la luz que necesitan para combatirlo.
La posibilidad de un tirano, que asesina a los ciudadanos, defrauda a sus propios socios en los negocios, se apropia bienes ajenos, viola el sufragio pupular, desprecia la opinión pública, más sanguinario cuanto más temeroso, ininteligente, inculto, vicioso, apto solamente para la corrupción, adherido al poder por vanidad y por temor; 47 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.