342 APUNTES El instrumento del grillo obedece al mismo principio que el de los locustianos. Subiendo más o me.
nos los élitros, los grillos pueden dar a su gusto sonidos brillantes o apagados. Cuando se encuentra úno en un campo, habitado por grillos, nota fácilmente que todos cantan al mismo tiempo, haciendo coincidir los silencios; lo cual prueba, entre parénte.
sis, que se oyen bien unos a otros. Para cantar, los grillos se asoman a la puerta de su hueco o aun salen a algunos centímetros de distancia. Si se a.
cerca alguien, cesa la canción del grillo más próximo, pero se percibe la de los huecos vecinos.
Como rey de los músicos entomológicos, el gri.
llo tiene un rival más célebre que él: la cigarra.
Los griegos estimaban en mucho el canto de este insecto: Homero y Anacreonte lo han celebrado en verso, Platón en prosa. Los latinos, al contrario, no lo han aplaudido mucho.
Es difícil ver el aparato sonoro de la cigarra: se parece en todo al juguete estúpido llamado cri. cri.
Uno y otro aparato suenan por la deformación de una lámina sólida, que vuelve luego a su estado pri.
mitivo. El canto de la cigarra se subdivide en estro.
fas de algunos segundos, separadas por cortos intervalos. Sucede a veces, sobre todo en las horas pesadas de la tarde, que el insecto, embriagado de sol, abrevia y aun suprime los silencios. El canto es en tonces continuo; pero siempre con alternancia de crescendo y decrescendo. La orquesta principia hacia las de la mañana y no cesa sino al morir del día. Cuan