APUNTES 331 prácticos de la Escuela de Alejandria que, 300 años antes de la éra cristiana, abrían el vientre para cu.
rar la obstrucción intestinal o para evacuar los abscesos del hígado; hasta los sajadores de los siglos XV y XVI, verdaderos andarines de la profesión, que corrian de ciudad en ciudad, tallando a los calculosos, operando hernias, batiendo cataratas; hasta los compañeros barberos que han sido los soldados gastadores de la cirugia francesa; hasta los innovadores, más vecinos de nosotros, que han osado apartarse de las reglas y prohibiciones clási cas, y que, con atrevimientos imprevistos, han conquistado dominios declarados inaccesibles por la cirugia oficial.
Es de esa prole de audaces, de pensamiento resuelto, mano presta e iniciativa animosa, de la que ha salido el operador moderno, heredero favorecido de ese trabajo acumulado y de esos experimentos peligrosos. es el caso de repetir, al cabo de más de siglos, la declaración figurada que Guy de Chauliac inscribía, en 1363, en su dedicatoria a la Facultad de Montpellier, orgulloso de ser su alumno. Las ciencias son hechas por adiciones, no siendo posible que uno mismo principie y termine: somos como niños prendidos del cuello de un gigante; porque podemos ver cuanto ve el gigante y algo más.
Sorprende de veras encontrar formuladas desde la más remota antigüedad de nuestro arte, las reglas fundamentales de la moderna curación de las heridas.