APUNTES 321 vicio, de aquel heroísmo sin arrogancia, de aquel pueblo sencillo y valiente, laborioso y honrado. ocasión, escenario y personal del drama patético y solemne que dejó, en su desenlace, alta y bordada de laurel vuestra bandera, limpio de extraña opresión el patrio suelo, cimentada entre vosotros la tradición gloriosa de que la tempestad de la guerra barriendo e incendiando los hogares, la casa sin hijos, la colmena sin abejas, los persiles sin flores, los pequeñuelos huérfanos, las doncellas sin novio, la madre anciana sin amparo, el veneno de la peste unido a la segur de la batalla, el campo abandonado, la cosecha perdida, la semilla seca y aventada, el hospital lleno de enfermos, la llanura llena de tumbas, los sobrevivientes inválidos o heridos, el ahorro gastado, la caja de la Nación vacía, los caminos sin componer, el taller cerrado, la escuela sin maestros y sin discípulos. la tradición gloriosa de que el desastre y la muerte, el suicidio de un pueblo, toda desgracia sin excepción es preferible a la vileza del extranjero despotismo. Ni los males sin cuento de la guerra, ni los horrores del cólera morbo que diezmara a la población de Costa Rica, traido por la desbandada tropa, ni las dificultades consiguientes, abatieron a nuestro Presidente. en la célebre DECLARACIÓN que junto con el Presidente Martinez de Nicaragua, firmara en. Fragmento de un discurso pronunciado el de mayo de 1895 en San José, y recompuesto sobre notas taquigráficas,