314 APUNTES ma por toda la ciudad. Los constitucionales, que acaban de presenciar y soportar toda clase de ilegali.
dades y atropellos para arrebatarles el triunfo, ven en ese hecho incalificable de parte de los guardianes del orden, el comienzo de un atentado a la sobera.
nía nacional expresada, anunciado en son de amenaza desde hacia meses, al decir que el señor Esquivel sería Presidente por la razón o la fuerza, y creen llegado el momento de defender sus personas y derechos; acuden todos los que pueden a armarse como las circunstancias lo permiten, unos con armas de fuego, otros con cuchillos, puñales o hachas, con pa.
los y piedras otros, y obedeciendo la orden trasmj.
tida de grupo a grupo, salen a las afueras de la ciudad. Algunos dueños de depósitos de armas e instrumentos de trabajo, los tiran a la calle y los entregan a la multitud. Otros parten a avisar a los pueblos cercanos lo que ocurre. Se repican las campanas de las parroquias rurales para convocar a los vecinos, y de éstos vienen muchos a reforzar a los Constitucionales de San José en los campamentos improvisados en el paso de la Vaca, el Hospital, la Puebla, la Dolorosa, la Soledad, rio de Torres y la Estación, en la cual está el grueso de la gente, con los mejores elementos. Fórmanse trincheras o barricadas en algunos puntos. Cada campamento tiene sus jefes y todos reconocen por caudillo al señor don Rafael Iglesias. las p. el centro de la ciudad