APUNTES 293 Balzac decía con razón que hacer representar una pieza constituye un drama más difícil que escribirla. El lo sabía bien, quien con todo su genio y toda su reputación no lograba hacer representar lo suyo y no lograba más que hacer silbar Ruinola y rehusar en todas partes Mer cadet.
Hay que conocer la vida parisiense y sobre todo el teatro, para saber que las representacio.
nes dramáticas pueden costar esfuerzos, energía, astucia paciente, sin hablar del talento que se ha vuelto ya la cosa más común, más vulgar del mundo, desde que nadie posee genio.
La Dama de las Camelias ha corrido cuatro años de teatro en teatro, sin que nadie quisiera representarla, a despecho del nombre de Dumas hijo. Es la suerte de todos los principiantes en esta terrible carrera; pero venga un primer éxito, y todo está hecho. Se puede entonces hacer las peores piezas, seguro de encontrar un director inepto para recibirlas y un público más inepto para aplaudirlas. Una velada hace nuestra fortuna. Vale pues la pena de prepararla durante largos años de trabajo.
Fatamos en 1858. El discurso es la mentira oficial. Por esto