290 APUNTES Hacía alternativamente el coro de las sombras y las respuestas del maldito anciano; todo un poema, algo de inmenso. No sé si no es más bello que el coro de Gluck, las sombras y Orfeo. En seguida fugas de Bach, un trozo de Haydn, etc. Después, volviendo Gounod al canto, nos ha regalado con tres romanzas adorables: una sobre palabras de Baïf, con su perfume de viejo lenguaje; otra, Los Campos, sobre una canción de Béranger; y la tercera, una obra maestra, Venecia, una verdadera obra maestra; la poesía es de Musset, linda y elegante, y la.
músical. Una frescura, un carácter y un acompañamiento. Decididamente, este Gounod es un hombre incontestable. Estamos en 1855 y Sardou tiene 24 años. Por disidencias caseras, Sardou hubo de separarse del hogar de sus padres demasiado temprano. Sus primeros pasos en el campo de las letras fueron por lo mismo muy penosos. Algo enfermizo y extremamente pobre, sostuvo heroicamente sus primeras luchas, Para confortarlo en ellas, la suerte le deparó un compañero y protector excepcional: Emilio Goujon, astrónomo del Observatorio Imperial de Paris, un poquito mayor que Sardou.
Dirigia el Observatorio en ese momento Le Verrier, sucesor de Arago,