288 APUNTES una convicción ardiente y ávida de simpatías y de la necesidad ingenua de expansión, necesidad que nadie más que yo está obligado a comprender. En fin, es el primer artista, el primero, que haya correspondido a mi esperanza y que me haya hecho decir: Aquí hay un hombre!
Los músicos son gustosamente estúpidos y nulos fuéra de su arte; pero éste es inteligente en todo y he encontrado en él esas famosas aves que busco en vano desde hace tiempos, las ideas generales, las famosas ideas generales.
Yo no sé bien hasta donde tal hombre podría seguirlo a úno en historia o en filosofía. Mas no pidamos demasiado a los músicos. Poseen un arte maldito que no necesita de otras cosas.
Hay pues que agradecerles, más que a los pin.
tores, conocimientos adquiridos por el solo pla: cer de la inteligencia y verdaderamente del alma, Su Señora, que es hija de Zimmerman, era la única mujer de la comida, fuéra de Mme.
Pillaut. Yo esperaba con un gran sentimiento de curiosidad que Gounod se lanzara un poco; pero se lanzaría este original?
Esta vez, sí. Se sentó, desplegó su servilleta,