APUNTES APUNTES 249 Fue este uno de tantos esfuerzos hechos por el señor Mora y sus partidarios, para recobrar el poder as de Historia Por Alfonso Jimdnaz no 1900)
20 de Enero de 1860.
Data fecha, expedido por el Presi.
blica Dr. don José Maria Montea el levantamiento de una partida taneada por Prudencio Blanco, en varias disposiciones para el cascionarios ron más o menos asi: El lunes 16 las 11 fue tomado por asalto tia. las a, m, del martes, se adario a favor de Mora y Cafias on Juan Rafael Mora y su cuñado Maria Cañas. las p, del iado también por sorpresa el cuar20 hombres, pero los vecinos, huyeron de la población, y los marcharon llevándose cuanto puento fue secundado en Nicoya y servir de agentes don Prudencio en señor Goyenaga. El Gobernador wel, el Mayor don Faustino Guar pů, prisioneros, fueron enviados a egada do Ins tropas del Gobierno. del General don Máximo Blanco, mes, abandonaron el campo los muyeron.
19 de Noviembre de 1868.
Los Jefes militares don Lorenzo Salazar, Comandante General de las armas de la República. y don Máximo Blanco, General de Brigada y Comandante del Cuartel Principal de esta capital, derrocaron el gobierno del Dr. don José Maria Castro y llamaron al poder al Lic, don Jesús Jiménez.
Pásose término a la administración del Dr.
Castro, inaugurada legalmente el de mayo de 1866.
La caída del gobierno fue en este caso, como lo había sido agosto de 1859. un cambio realizado por la fuerza, pero sin violencias personales, Con el Gobierno cayó la Constitución, según la vieja práctica costarri.
cense.
Los jefes expresados expldieron el de noviembre un manifiesto a los pueblos de la República. en que explicaron su proceder. Hubo también esta vez actas populares. en que se daba por bien hecho lo sucedido. El mismo señor Salazar en un articulo que publicó en el periódico oficial con fecha 25 del propio mes, reconoce que el procedimiento era peligroso, porque el pueblo, con la repetición de tales actos, llegaria a persuadirse de que el poder militar puede hacer siems.
pre e politica su untad, y porque no siempre los je fes de las armas procederían de buena fe y con la mira de procurar el bien publico,