Hitler

218 APUNTES neral. Pero de modo extraño, precisamente a mi me ha sido dado colocar a los nacionalsocialistas y aun a Adolfo Hitler in persona en situaciones particular.
mente penosas. De todos los proscriptos, nada me.
nos que yo fui repetidas veces objeto de la agitación más desenfrenada y de debates interminables en los circulos superiores de Berchtesgaden, de modo que puedo agregar a las cosas desagradables de mi vida, esa modesta satisfacción de haber causado contrariedad al más poderoso dictador de los tiempos modernos.
Vacilo antes de narrar mucho de lo acontecido en aquellos años de 1934 a 1940 que vivi en Inglaterra, pues me aproximo ya a nuestro presente, que todos hemos vivido casi por igual, con la misma inquietud atizada por la radio y la prensa, con identicas esperanzas e Iguales preocupaciones. Todos pensamos hoy con poco orgullo en nuestra ceguera politica, y nos aterra pensar adonde nos a conduci do. Para explicar, habria que acusar. y quien de todos nosotros tiene el derecho de hacerlo? luego, mi vida en Inglaterra fué sólo retraimiento. Aunque sabia que era necio no poder regolfar mi pruri.
to fan superfluo, me abstuve en todos esos años de semidestierro y destierro de toda participación franca en la vida social, gulado por la errónea idea de que no me cuadraba terciar en un pals extraño en los debates sobre la época. En Austria no habia conseguido nada contr dirigentes, como pode buena donde me senti ñalaba. basado en mi to, en nuestra mejor con Hitler amenazaba advertencia como una Es verdad que a vece a la vista de errores ver cómo una propage escena abusaba precis de los ingleses: su 1: confiar de primera int gir demostraciones pre rada ilusión de que los alemanes de las ro ello se daria por sati por gratitud, al bolche reclamo surtió inmejor ter pronunciase las pa 30, para que los diario nado todo cuanto ven a preguntarse porqué, maba tan furiosament de Berlin, luego de dulados previsoriamen su nuevo maestro, y empezó a encontrarle mación de una Gran que Austria era la pie