Socialism

214 APUNTES cas. Aun en mi patria, la pequeña Austria, no me entrevisté nunca. lo que en realidad casi era una hazaña con ninguno de los estadistas principales, ni con Seipel, ni con Dollfuss, ni con Schuschnigg.
Y, sin embargo, habria sido mi deber dar personalmente las gracias a Mussolini, que según supe por amigos comunes, era uno de los primeros y mejores lectores de mis libros en Italia, por la forma espon.
tánea en que cumplió el primer pedido que jamás dirigi a un hombre de Estado.
Esto aconteció como sigue. Cierto dia recibí en Salzburgo una carta por expreso de tin amigo que residia en Paris, anunciándome que una dama itaTiana deseaba visitarme por un asunto urgente, y pi.
diéndome que la recibiese cuanto antes. Esa dama se anunció al día siguiente, y lo que me refirió fué, en efecto, conmovedor. Su esposo, un médico des.
tacado, de familia humilde, había sido educado por cuenta de Mateotti, el dirigente socialista a quien los fascistas asesinaron de un modo brutal. Fué la última vez que la consciencia del mundo, muy can.
sada ya, reaccionó de manera unánime contra un crimen aislado. Toda Europa se habia levantado in dignada. El amigo fiel, el médico, fue uno de los sels valientes que en esa oportunidad osaron llevar el ataúd del asesinado, Dúblicamente a través de las calles de Roma. Poco tiempo después, boicotea.
do y amenazado, salfa hacia el destierro. Pero la suerte de la familia Mateotti no le permitia darse tregua; recordando a su benefactor, quiso hacer pa.
sar a los hijos de extranjero. Empre manos de espias o detenido. Puesto Mateotti resultaba cilmente habria are pero el procurador mente en otro pro mente, en un atent tra la persona de durante la guerra ciones militares má años de cárcel.
La joven esposa mente acongojada.
injusticia, a la que reunir todos los no una protesta ruidos efecto. En seguida protesta. Sabla cui nifestaciones desde aunque sólo fuera toleraria que se pro de el extranjero, y caso de Sacco y Unidos más consec cias. La exhorté ur en ese sentido. Le raria la situación no dispondria, no