APUNTES o, para que presente al señor Alfaro acompañe en su próximo regreso a juela. Firman el decreto los señores José Maria Castro y Juan Bonilla, Juan Mora y Juan de Dios Céspedes, rancisco Maria Oreamuno, Jefe Su.
ión mejor que la de retirarse del po.
ra, recibiendo el homenaje de la gra.
de sus conciudadanos? Ella supera la el momento de encargarse del poder, le la responsabilidad y la del porvetietan a quien no sea un desequilibra.
3, sinembargo, que sonreirán al leer de octubre de 1847 la mañana se inicia en la ciudad de nunciamiento, firmándose por algunas a en que se desconoce el gobierno del Maria Castro. la cabeza del movi el señor Francisco Emigdio Aqueche, origen, al servicio del Estado, pero Fe era don José Maria Alfaro, ex Preado, quien hacia poco que habia renun de vice Presidente y reido con el u antiguo Ministro. Los revoluciona inmediatamente la ciudad de Heredia, sino una guarnición pequeña. El go.
sucesos una importancia que no te de todo el mundo se presentara a toy envió fuerzas superiores a atacar a APUNTES 189 los rebeldes. El Presidente en persona se puso al frente del ejército protector de la ley y dirigió la famosa. revolución El dia salió de San José la vanguardia y llegó a la hacienda de La Asunción. El 8, a las ro. a.
ocuparon las tropas josefinas la plaza de Alajuela, sin más resistencia que algunos tiros por parte de los rebeldes, y asi terminó el trastorno. El Presidente entró en esta ciudad bajo arcos (oficiales, por supuesto)
y con todos los honores del triunfo; ya era Benemé.
rito de la Patria por haber reprimido una conspiración, y entonces el Congreso le confirió el titulo de General de División. Alajuela fue desarmada por completo; se suprimieron en ella fas milicias, y se impuso a sus habitantes una contribución de guerra. Don José Maria y don Florentino Alfaro fueron confinados en Terraba, y también fueron castigados otros indi.
viduos.
No se ve claro a que se debió la poca o ninguna resistencia de los revolucionarios alajuelenses, de cuyo valor no puede dudarse, 26 de noviembre de 1849 El Dr. don José Maria Castro presenta al Congreso su renuncia del puesto de Presidente de la República que desempeñaba constitucionalmente desde el de mayo de 1847, y es admitida su dimisión por decreto del mismo, en el cual se le dan las más expresivas gracias por sus importantes y esclarecidos servicios y se le declara Fundador de la República.