Anarchism

158 APUNTES АР amigos viejos, y no e nuevos. Sólo con Raini vez una conversación puedo dejar de sonre darlo vestido de unifor a mi puerta. Se presei Quedé sorprendido, uniforme de soldado!
doramente desmanado, siado ancho, y él, con que saludar a cada ofi un golpe. como en en el sentido de la pe plarmente aun esos fa mento, se encontraba En esas primeras semanas de guerra de 1914, se hizo pronto imposible sostener con alguien una con versación razonable. Los nás pacificos, los más sensatos, estaban como embriagados por la atmós.
fera de sangre, y ciertos amigos que siempre habia conocido como individualistas decididos y aun como anarquistas intelectuales, se hablan transformado de la noche a la mañana en patriotas fanáticos, y de patriotas, en anexionistas insaciables. Cualquier conversación terminaba con frases estúpidas, como. El que no sabe odiar, tampoco sabe amar verdaderamente. o con sospechas groseras. Camarades con quienes desde hacia anos no había tenido una disputa, me acusaron de un modo zaflo, diciendo que yo no seguía siendo austriaco y sugiriéndome que me trasladara a Franciao a Bélgica. Más aún: insinuaban cautelosamente la necesidad de denunciar a las antoridades mi modo de pensar, parejo al de los que decian que esa guerra era un crimen, pues los derrotistas. el bello término acababa de inventarse en Francia. eran los mayores culpables de lesa patria.
En esas circunstancias quedaba un solo recurso: encerrarse en sí mismo y callar mientras los demás deliraban y destitaban veneno. No fue cosa fácil.
Porque ni siquiera en el destierro. llegué a conocerlo más que bastante es tan amargo vivir como aislado en su patria. En Viera habla perdido a los permanente. Odlo este disfraz desde tiempos del librado de él para sien tirlo otra vez, a mis ce Por fortuna hablam protegerle, y gracias a fue dispensado del ser mi despacho para desp vestido de particular un soplo (pues siempre descriptiblemente silen las gracias porque, de Rolland, habla salu en Paris. Por primera