150 APUNTES que se había introducido furtivamente en su estudio?
Pero en seguida reaccionó, y casi avergonzado vino hacia mi. Pardon, monsieur. empezó.
Pero no le dejé seguir. Me limité a estrechar agradecido su mano: hubiera querido besarla. En esa hora se me había manifestado abiertamente el arcano eterno de todo el arte, y en realidad de toda realización humana: concentración, el resumen de todas las energias, de todos los sentidos; el éxtasis, la ausencia del mundo, de todo artista. Aprendi algo para mi vida entera. GUERRA DE 1914. EN AUSTRIA queria, ni los pueblos que se habla desliza los diplomáticos, conto hablan jugado y fanf formó de repente en festaciones en las call flameaban banderas y venes reclutas march rostros fluminados, po mente, a ellos, los peq a quienes antes nunc quienes nadie había fi En honor a la verde primera eclosión de las avasallador y hasta diffell sustraerse. miento de la guerra recuerdo de esos dias de miles de hombres mejor debían haber se una unidad. Una ciuda tes, un pais de casi ci hora la sensación de la historia universal, a veria a repetirse, y de a lanzar su yo minú para purificarlo en ella diferencias de clase, No cabia duda, lo monstruoso estaba en marcha: la invasión alemana a Bélgica, contraria a todo estatuto del derecho Internacional. Volvi temblando al tren y prosegui el viaje, de regreso a Austria. Entonces ya no era posible dudar: viajaba rumbo a la guerra. la mañana siguiente estaba en Austria. En todas las estaciones aparecian pegadas las proclamas que anunciaban la movilización general. Los trenes se Tenaban de reclutas recién uniformados, ondeaban las banderas, retumbaba la música marcial, y en Viena halle la cludad entera sumergida en la embriaguez. El terror primitivo de la guerra, que nadie