454 APUNTES que estos delegados deben trabajar como los demás oficiales, están tan atareados resolviendo discordias, que pocas veces rinden una jornada entera de trabajo.
Talvez el mejor resumen que pueda hacerse de la situación sea el de un inspector, que decía. Suponga usted que las restricciones a que estamos sujetos en la construcción de buques fue.
sen aplicables a su automóvil. Un día el motor necesita un repaso y acude usted al garaje. En pri.
mer término, necesitará llamar a un montador de tubería para que desconecte el tubo alimentador de gasolina. Después, tendrá usted que enviar por un electricista para que desempalme el cordón. Para desmontar el carburador necesitará un mecánico.
Sin embargo, ninguno de los tres podrá limpiar aquellas partes del coche, pues la limpleza está específicamente asignada a un jornalero. El monta.
dor no podrá doblar un tubo porque esa labor corresponde a un calderero. Finalmente, montador, electricista, mecánico y calderero, necesitarán tener con ellos a sus ayudantes que los vean trabajar. Cómo puede ser que un pais enzarzado en una lucha a muerte permita que existan en sus asti.
lleros tales condiciones de trabajo? Los mismos jefes de los sindicatos me han dado reiteradamente la siguiente respuesta. Hemos luchado desesperadamente por nuestros derechos y ahora no queremos renunciar a ellos.
Si lo hiciéramos, no los recobraríamos al llegar la paz.