445 APUNTES muchos autores de programas para la postguerra llaman la nueva economía. En realidad, la tal economía no tiene nada de nuevo. Todas las na.
ciones europeas la pusieron en práctica en el siglo pasado, por más o menos tiempo. Italia la probó antes de Mussolini. El Gobierno italiano se apoyo peligrosamente en la deuda pública, preparando así el terreno al fascismo. Desde que Mussolini subió al poder, la deuda pública como sostén de los ne.
gocios particulares ha sido uno de los elementos esenciales del régimen fascista.
Francia, desde 1820 hasta poco antes de la guerra mundial en 1914, aumento continuamente su deuda pública. Dos veces buscó escapatoria en la inflación, y ahora trata otra vez de escapar.
El Gobierno alemán de después de la guerra de 1914, recurrió al mismo sistema; los economistas alemanes principiaron a predicar la nueva economia. y Hitler la adoptó. Alemania escapó, aunque desastrosamente, recurriendo a la inflación, y tendrá que hacerlo otra vez. pesar de estos precedentes ominosos, los nuevos economistas de Washington proponen que el Go.
bierno de los Estados Unidos adopte en la postguerra la política permanente de obtener dinero prestado para obras públicas que den empleo a los trabajadores.
Pero hemos visto que el trabajo creado por el Gobierno con sumas ingentes de dinero prestado no conduce a la prosperidad, como el creado por las empresas particulares, sino, por el contrario, a la catástrofe.