APUNTES 439 del banquete humano, con bocados escogidos de los cuales los jóvenes se empeñan quizá más en gozar que sus mayores. Esto es un error; pues hay una diferencia fundamental entre las normas de la vida, intelectuales,. morales, espirituales y artísticas, y los bombones de chocolate. Quien elude la responsabilidad de dotes superiores y mayor penetración, revela una especie de oblicuidad mental, y falta de perspectiva. En el es.
fuerzo por sobresalir y en el triunfo de este es.
fuerzo hay algo impersonal; la aspiración no es necesariamente vanidad; la aspiración genuina nunca lo es; la realización de lo que es elevado y puro en el campo del pensamiento y la conducta, no debe tener otro objeto que acrecentar ese claro discernimiento de las cosas mejores, que sirve de medida al desarrollo del espíritu. Si se rehusa triunfar porque el triunfo no puede ser la obra de la acción común de todos. no hay peligro de que desaparezca aun la noción misma de lo exquisito y de lo alto? Este escrúpulo, esta vacilación en poner en actividad las mejores aptitudes, envuel.
ve un sofisma, sutil e insidioso, cual es el de pensar en la gente más bien que en la excelencia espiritual. La busca de lo superior, de lo que aún no se ha logrado, no es egoísmo; en la prosecución del fin propuesto, la idea del yo puede desaparecer por completo; cuando úno mira resueltamente las cosas excelsas con la intención de alcanzarlas, se olvida de sí mismo. Errónea simpatía