Democracy

438 APUNTES todos los hombres podían conocer la verdad y que la opinión de este o de aquel hombre era la medida de las cosas, proclamó su creencia de que existen normas universales del mérito, de la verdad, de la conducta, objetivas, perdurables, diferentes del mero juicio subjetivo, del capricho momentáneo, de la convicción o el impulso pasajeros de tal o cuai individuo.
La tolerancia es sin duda una virtud, pero no es por sí sola base suficiente de la civilización, en la cual si ha de durar, deben entrar no sólo virtudes negativas sino también virtudes positivas como el saber, la prudencia y la fe, y conviccio.
nes inexorables en cuanto a la diferencia entre lo bueno y lo malo.
En cuanto al porvenir, no es difícil ver dónde obtendremos tolerancia y simpatía; pero ide dónde nos vendrán normas que sirvan de guía al espíritu? La juventud es el porvenir, y la renuencia de la juventud a reconocer en sí misma dotes o aspiraciones más elevadas que las de la multitud, es el aspecto más amenazante de nuestras tendencias actuales. Llenos de generosi.
dad los unos para con los otros, poseídos del deseo de no descollar, los jóvenes, estos hijos de la democracia triunfante, dejan ver en sí cierta miopía espiritual. Quizá provenga este defecto del demasiado pensar en términos materiales, del confundir la superioridad intelectual y las altas aspiraciones interiores con las sabrosas, golosinas