APUNTĖS 423 si nada más que una emanación de ella. De los cin.
co actores de nuestros bancos de colegio, ninguno llegó más tarde a pisar el escenario real; los poetas de Pan y de las Hojas para el Arte se achata: ron después de ese primer impulso asombroso y fueron honrados abogados o funcionarios, que hoy acaso sonrien melancólica o ironicamente pensando en sus ambiciones de antaño. Yo fui el único de todos ellos en quien perduró la pasión creadora hasta convertirse en el sentido y el núcleo central de toda la existencia. Pero con cuánta gratitud recuerdo todavía aquella camaradería. Cuánto me ayudó ella!
Esas discusiones fogosas, esa superación frenética, ese mutuo admirarse y criticarse, 1cómo ejercitaron tempranamente mi mano y mis nervios, como abrieron y ensancharon mi visión del cosmos espiritual, cómo nos elevaron a todos nosotros en sus alas por encima de la tristeza y el yermo de nuestra escuela. Arte encantador, en cuántas horas grises. cada vez que resuena la inmortal canción de Schubert me veo con mis compañeros en una especie de plástica visión, sentados, con los hombros caídos, en los mi.
serables bancos de colegio, y luego, en el camino a casa, con la mirada radiante, agitada, criticando versos, recitando, olvidados en nuestro apasionamiento de toda atadura con el espacio y el tiempo, alejados, en verdad, en un mundo mejor.