Violence

398 APUNTES armados allende la tenue línea imaginaria que es llamada una frontera. Son despóticas porque tienen que ser militaristas. Son suspicaces y represivas contra sus propias gentes porque, por razones estratégicas, han solido anexionarse territorios habitados por razas extranjeras que las aborrecen. Nosotros, rodeados de nuestra bendita barrera marítima, hemos estado casi libres de esas penosas exigencias. Durante muchas generaciones nuestra vida pública ha estado libre de recelos; ningún Ministro impopular teme ser perseguido si cae del poder. No hay oposición que conspire con el enemigo o que intente violencia. No tememos, por tanto, la libertad de palabra. El heraldo ateniense solía proclamar: Quien así lo desee, leván.
tese y hable. e idénticamente, el que lo desee pue.
de subirse a una silla en Hyde Park y decir lo que quiera sobre el Gobierno, la Constitución, la religión del Estado o cosa parecida. Disfrutará de un auditorio variable y escéptico, que tan pronto escucha a un orador como a otro, y que pasa de largo cuando no le divierte. Habrá también por allá uno o dos policías, no para molestar a los oradores, sino sólo para evitar que nadie se excite demasiado o use de violencia. Podrá durar esta afortunada situación, las brutales necesidades de la guerra, que cercan nuestra libertad por todos lados, abruman la vida con nuevos miedos y rebajan todo nuestro